Estuve pensando que la felicidad a tu
lado resultaba fácil de alcanzar junto el dolor, incluso llegué a
creer que era la única forma de alcanzarla, pero me equivocaba.
Estos días la he saboreado y tú no estabas allí. La descubrí
entre un grupo de auténticos desconocidos echados en la playa a las
5 de la mañana, observando la inmensidad de la noche y hablando de
averigua tú que. La encontré escondida en una sonrisa agradecida,
en las palabras de un ser querido y en una mirada cargada de ternura.
Tanto tiempo engañada y ciega por tus mentiras que ahora estando
sola, he renacido, veo luz. Sin embargo, tú pareces triste ¿por
qué? ¿acaso para ser feliz necesitas que te necesiten? Yo que
siempre creí ser la débil y ahora que la verdad nos golpea, veo que
fue un error pensar eso.
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