Me situé bajo su ventana, las piernas me temblaban por los nervios, quién me iba a decir que cambiaría la historia de Shakespeare, quién hubiera pensado que Julieta visitaría a Romeo, después de esto rompería con todos lo cuentos de hadas y princesas porque es el príncipe el que se curra todo, no al contrario, pero que cansada estaba de seguir esquemas, por romperlos de vez en cuando no pasaba nada, además el rollo princesa no era lo mío. Aunque quizás a mi Romeo no le gustaba el cambio de papeles, sin embargo, también cabía la posibilidad de hacerlo completamente feliz.
Miré el cielo repleto de nubes grisáceas anunciando lluvia, móvil en mano le envié un WA. Y justo en el momento preciso, cuando comenzó a llover, se asomó por la ventana y puso esa cara que se pone cuando crees ver un espejismo, yo me limite a sonreír, encogí los hombros y le mostré la bolsa repleta de comida con película incluida, mientras la lluvia me empapaba entera. Él sonrió, lo que me dio a entender: plan aceptado.
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