Bailas en la noche bajo la atenta mirada de la Luna que orgullosa te mira y resplandece.
Puedo ver tu figura recortada por la luz blanca que desprende tu amiga desde allí arriba. Sonrío porque, aunque no pueda verte con claridad, imagino tu rostro decorado con esa sonrisa tan tuya que muestra todo sin necesidad de palabras.
Dulce milagro, verte hoy tan natural y feliz en tu pequeño jardín. ¿Por qué bailarás a estas horas? me pregunto, realmente no sé que hora es, ni me importa. La noche inunda la ciudad y saber que estás bien me es suficiente.
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