martes, 27 de agosto de 2013

Quizás no exista el olvido.

Estuve mirando el vaso cargado de ginebra que tenía en la mano durante un rato largo, como si dentro de él fuera a encontrar la solución a mi frustración. Preguntándome,  en silencio, si realmente algún día llegábamos a olvidarnos por completo de las personas que fueron importantes en nuestra vida y ya no estaban, quizás fuera algo estúpido, lo sé, porque preguntar sobre algo que conoces la respuesta es de idiotas, pero el estado de embriaguez estaba en un nivel elevado por ese entonces. Así que comencé a reír como una loca, sin motivo aparente y cuando acabó el ataque, solo quedaba en mi cara una media sonrisa, levanté el vaso y brinde con el aire por ser mas fuerte que los recuerdos.